Recientemente hemos conocido una gran noticia que nos llega desde la Universidad Autónoma de Madrid. Y es que ha sido ahora, a finales del 2019, cuando se ha presentado la primera tesis doctoral sobre quiropráctica en España.
La tesis trata los efectos de la quiropráctica en enfermedades crónicas músculo-esqueléticas como la artrosis. Estas enfermedades (las crónicas) no tienen una cura actualmente y la quiropráctica puede beneficiar, y mucho, a quien la padece. El trabajo estudia los cambios en la microestructura del cartílago y del hueso subcondral así como los cambios a nivel molecular.
La ciencia más sectaria
Muchos se preguntarán por qué la primera tesis doctoral sobre quiropráctica llega casi en la década de los años 20 del siglo XXI. ¿Por qué no llegó antes? La respuesta no es sencilla. A los Estados les cuesta adaptarse a los nuevos modelos y prácticas. Ya sea en la sanidad, en la educación como en la ciencia, lo nuevo tarda en imponerse y, en el caso de la quiropráctica, son los resultados los que le están abriendo paso. En España, así como en otros países, a la quiropráctica se la ha acusado de ser una pseudociencia.
No nos dejemos engañar, los que se hacen proclamar la ciencia no lo son en absoluto. Son sólo los defensores de un método científico restrictivo en beneficio propio y no en beneficio de la ciencia.
La quiropráctica es ciencia
La quiropráctica es una ciencia y los quiroprácticos son profesionales con una base sólida de estudio y experimentación. Aunque la falta de regulación permite que los no-titulados en quiropráctica puedan ejercer, el título es indispensable y si quieres estudiarlo en España, tendrás que obtener los 300 créditos necesarios.
Poco tiene que ver la quiropráctica con las pseudociencias con las que se les quiere asociar. El método de trabajo y desarrollo de la quiropráctica se basa en la experimentación. La quiropráctica, por ser una práctica sanitaria independiente, no le debe nada a la industria farmacéutica y, por supuesto, está en contra del abuso de medicamentos. No obstante, no podríamos catalogar a la quiropráctica como una práctica “natural” sino como una ciencia basada en la experimentación y el trabajo clínico.
Queremos pensar que esta tesis es un gran primer paso que supone un amanecer de la quiropráctica en España. Una señal de que las nuevas generaciones no tienen problema en valorarla, no como la panacea, sino como una práctica sanitaria más que puede beneficiar al usuario y que en muchas ocasiones es más que necesaria.
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